
El Apocalipsis del periodismo según Fernando Paulsen y las luces que da Shayne Bowman, coautor del libro “nosotros, el medio”.
Enero de 2008
PERIODISMO Y EL APOCALIPSIS NOW
Heráclito alguna vez dijo “uno nunca se baña en un mismo río dos veces”. Claro, el río está en permanente movimiento. Octavio Paz, por su lado, dijo “vivir, es separarnos del que fuimos para internarnos en el que vamos a ser”. Ambos pensamientos apuntan al cambio. Y cómo no, ese flujo también afecta al periodismo que por muy designado “cuarto poder”, no se libra de la evolución en la historia.
Hubo un tiempo en que el periodismo y el poder eran dos caras de una misma moneda. La gente esperaba ansiosa la primera edición del diario y se programaban, con tiempo, para ver los noticiarios. Era importante “estar al día” y no quedar fuera de las conversaciones cotidianas. Hoy, con los adelantos tecnológicos, la noticia se construye de una manera distinta y los que otrora fueran meros receptores de noticias, hoy son protagonistas y los principales constructores de la información en la web.
Y es que con la llegada de Internet, todo cambió. Tal como lo anuncia el libro, “Nosotros, el medio” escrito por Chris Willis y Shayne Bowman[1], desde los inicios de esta red informática mundial, descentralizada y formada por la conexión de millones de computadores alrededor del mundo, la “participación” ha sido un elemento fundamental en el desarrollo de la cadena digital.
Surgieron los grupos de discusión, los foros, los weblogs y las comunidades colaborativas que tal como lo explica Rafael Panteón, Presidente del Directorio de Gulliver S.A., en un didáctico video sobre este nuevo referente en la sociedad. Si bien las ansias humanas por pertenecer a una comunidad es remota y se repite desde los antepasados; resulta un hecho novedoso que se realice por medio de un mundo virtual. “Allí todos pueden aportar algo, mientras sea detrás de un objetivo en común o de algún tema de interés. Son comunidades virtuales, con propósitos, líderes y con lógica”, dice Panteón. Ese es el modo de comunicación que ya varias redes sociales han adoptado como su “modus operandi” debido a su inmediatez, facilidad y bajo costo. Y, proliferan cada día más...
Lo más probable es que Fernando Paulsen Silva [2]ya sabía de esta distinción al momento de redactar su artículo “el periodismo está en extinción”. En su escrito, el periodista de la University of North Texas y actualmente en Harvard realizando estudios superiores, señala que el futuro de esta profesión está en peligro y que para frenar este hecho, las escuelas de periodismo deben comenzar a impartir la lógica de comprensión de la realidad, aportada por el método científico y que pasa por saber explicar, con argumentos y solidez matemática, los acontecimientos del mundo.
[2] Fernando Paulsen Silva es periodista de la University of North Texas y Master en University of Texas at Austin. Ha trabajado como conductor de Última Mirada en Chilevisión, conductor de Palabras sacan Palabras en Radio Futuro, columnista diario La Tercera (también fue su director), corresponsal de Times y The Wall Street Journal, editor periodístico, director y conductor de noticias en la Red; entre otros.
El periodista de hoy debe preocuparse de dar una visión más acabada de las cosas. Saber interpretar y descifrar el argumento detrás de las cifras, porcentajes, índices y ecuaciones que rodean el acontecer diario, es un foco que se debe acentuarse en las generaciones venideras. De no ser así, simplemente, los periodistas estarán de más. Por estos días, cualquiera que tenga un celular a mano o un computador cerca, puede “subir” algún hecho de la contingencia a Internet y ser visto de manera inmediata por cientos de millones de cibernautas a lo largo del globo. Muchísimo más rápido que la edición matutina de algún diario o la voz locuteada de algún periodista radial.
El periodismo participativo es un campo activo en el ciberespacio. Se puede desarrollar mediante el correo electrónico, el “chat”, los foros, y los medios colaborativos que difunden noticias, discusiones y crean comunidades. Surge aquí una preocupación importante para quienes gozan de objetividad en la información: los “filtros”. Ante tanta publicación que se distribuye por Internet, resulta fundamental filtrar y separar, minuciosamente, el contenido real de los ruidos y distinguir, con claridad, la información valiosa de la mera cháchara. Un buen rol de investigación y análisis que podrían realizar los periodistas digitales.
LOS PERIODISTAS DEBEN CAMBIAR
Shayne Bowman, coautor del libro del libro “Nosotros, el medio” concedió una entrevista a “Notas al margen[1]”, un blog realizado por periodistas chilenos, en que dijo “el periodismo y los medios ciudadanos representan un genuino empoderamiento democrático: Cualquiera puede publicar y difundir sus ideas, atraer seguidores y liderar un movimiento o llamado al cambio”. Es por esto, repito, que los periodistas deben cambiar, perfeccionarse y acertar en lo que el público necesita. Eso es: información fidedigna, fundamentada y muy bien argumentada.
El periodismo ha cambiado; pero, qué más da. El famoso pensador griego ya lo auguraba en el siglo V A.C. y Mercedes Sosa, la cantante argentina considerada como la “voz de América Latina” tampoco evitó quedar fuera y compuso su bella canción “cambia, todo cambia”.
En el artículo “El periodismo está en extinción”, Paulsen pronostica una especie de “Apocalipsis” para la prensa. El demonio, en este caso, sería el avance de la tecnología y el “modus operandi”, los celulares e Internet. No sólo eso, los sitios informativos, en la red informática, se propagan como epidemia. Todo esto lleva a Paulsen a pensar que estamos frente al fin del periodismo.
No es nuevo augurar que el periodismo está en extinción. Ya hay varios opinantes y académicos que aseguran que los periodistas serán sustituidos por los usuarios de Internet y/o por el vil negocio del dinero. La facilidad y comodidad que propone el nuevo sistema de comunicación cibernético, permite informarse y compartir puntos de vistas con cientos de otros usuarios. Sin lugar a dudas, algo que despierta la curiosidad y los seguidores.
S. Bowman también reconoce este cambio y dice que los periodistas de hoy “necesitan darse cuenta de que el periodismo participativo es una gran oportunidad de desarrollar con el público una relación cooperativa y sincera”. Recordó la importancia de las comunidades virtuales, blogs, wikis y podcasts. Además, recomendó a los periodistas ser activos participantes en éstos cuando aborden temas relacionados con su área o al menos, escuchar sus discusiones.
La opción de ser parte viva en la noticia y participar en los foros gana adherentes, cada día más, en todo el globo terráqueo. A partir del atentado a las torres gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, cuando las primeras imágenes difundidas fueron captadas por celulares de transeúntes o gracias a video aficionados, el método de hacer periodismo sufrió un cambio radical. Incluso antes de que se cubriera de manera oficial el dramático atentado al World Trade Center, por Internet ya circulaban cientos de foros, blogs, sitios de información noticiosa e imágenes impactantes respecto a lo acontecido en la ciudad de los rascacielos y de la “gran manzana”.
La obligación del periodismo actual recae, entonces, en explicar los hechos y entregar una versión más analítica y profunda de los acontecimientos. Algunos académicos del periodismo le llaman “interpretar”. Fernando Paulsen le llama dejar la tendencia de un periodismo de opinión que sólo se atiene a fuentes que mienten, distorsionan o exageran y comenzar con una era donde el periodista debe ayudar al público a sacar sus conclusiones.
Pero, hay una pregunta que se auto-realiza Fernando Paulsen y que sería bueno replantearla aquí. Estamos en un mundo invadido de datos e información; donde múltiples acontecimientos ocurren a diario ¿Están, realmente, dotados los periodistas para leer y analizar esos datos? ¿Con qué osadía los periodistas utilizan estadísticas, rangos y porcentajes en titulares, si no son capaces de explicarlos ante una audiencia, aún menos entendida?
Según Paulsen, el periodismo tiene que dejar de ser una carrera para “los malos para las matemáticas” y volver a ser una pasión para quienes quieren saber lo qué está ocurriendo y quieren contárselo a otros. Saber lo que está pasando hoy tiene tanto que ver con el número como con las opiniones. Es decir, el periodista que ahora se pasea por los pasillos de la prestigiosa Universidad de Harvard en Estados Unidos, hace un llamado a pensar con lógica, con exactitud y precisión; talvez, incluso mediante el uso de metodologías de investigación, hipótesis y conclusiones.
Ante un mundo cibernético y dramatizado por las exageraciones, entiéndase “sensacionalismo, prensa roja o amarilla” y tan imbuido en la era de la entretención, ¿Dónde queda el pluralismo, entonces, del periodismo? ¿Dónde quedarán los opinólogos o los que gustan de relatar cuentos a través de hechos noticiosos?, quiérase o no, ellos han innovado un nuevo formato de información
El 21 de enero de 2008, 24 horas demostró ser un fiel reflejo del periodismo actual; informa, luego aconseja. En el espacio noticioso de las 13:30 horas, se habló acerca de la fuerte caída que ha demostrado el mercado bursátil en distintos lugares del mundo, aventurando una “recesión” debido al mal momento económico que pasa Estados Unidos. Una situación que no se había visto desde el atentado a las Torres Gemelas en Nueva York. Se informó esa noticia, sin explicar, mayormente, las causas y orígenes de esta crítica baja y sólo se puso énfasis en las recomendaciones que algunos profesionales del ámbito inversiones y negocios entregaban al periodista Roberto Saa. “Quedarse quietos” decía Mónica González desde el estudio, “Estamos en buen pie” decía el Ministro de Hacienda, Andrés Velasco. Finalmente, pocos entendieron qué era lo que, realmente, estaba ocurriendo. Esto debe ser, en parte, lo que Paulsen nos quiere advertir. Opiniones; pero, no interpretaciones.
No se puede decir, entonces, que las predicciones de Paulsen estén erradas, pero tampoco se pueden asegurar como un hecho comprobado. Sería mejor decir: el periodismo es un oficio que se divide en dos puntos esenciales: Punto uno; para aquellos que gustan de las matemáticas, los números, el cálculo y el análisis; personas capaces de trabajar con datos duros, que son los menos, eso sí. Y Punto dos; aquellos que escapan de los marcos y las fórmulas y ven al periodismo como una manera de vivir. Generalmente, son aquellos que abundan, pues se introducen en la realidad, son empáticos y saben compartir experiencias.

Ryszard Kapuscinski, periodista polaco fallecido el 23 de enero de 2007 y quien fuera uno de los máximos exponentes en el periodismo del último tiempo, dijo en su última entrevista concedida a El Mundo TV “para ser buen periodista hay que ser buena persona… porque nuestro trabajo depende de otra gente. Es una obra colectiva. Nosotros sólo apuntamos las voces y opiniones de la gente. Si nuestras fuentes no quieren hablar con nosotros, no conseguiremos información”.
He ahí un buen consejo y de pasadita, da la posibilidad de librarse del infierno y talvez, permita ahuyentar el inminente Apocalipsis del periodismo. Los tiempos cambian, el periodismo cambia y nuestra personalidad debe ir en contra de los tiempos, regresar a la bondad.